Antes de dar la vuelta y caminar hacia el comienzo de la ruta, restos fosilizados del Jurásico superior y del Eoceno nos indicaron el origen de las piedras y tajos rocosos que jalonan un cauce joven por el que el río Alhárabe salta de una poza a otra llenando el aire con el mágico rumor del agua en su medio más natural.
En las laderas, un inmenso bosque de pinos carrascos y negrales tiñen de verde un paisaje en el que se levantan abundantes farallones rocosos originados por multitud de fallas que indican una intensa actividad geológica. Aisladas entre los pinos, monumentales encinas hablan de un pasado reciente más lluvioso y de un bosque muy diferente y de mayor entidad ecológica, reducido a su estado actual por una intensa actividad humana.
Durante esta excursión, también pasamos junto a viejas construcciones, producto de la ocupación humana a lo largo de cientos e incluso miles de años de estos parajes, donde el hombre primitivo se resguardó en apriscos y abrigos rocosos y hasta no hace muchos años, guardaba al ganado como medio de subsistencia.
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GALERÍA DE FOTOGRAFÍAS RUTA DEL ALTO ALHÁRABE

Diplomado y Graduado en Turismo por la Facultad de CC. Económicas y Empresariales de la UNED, donde también finalizo estudios del Grado en Administración y Dirección de Empresas. Experto Universitario en Turismo y Marketing. Máster y Executive Master en Banca y Finanzas. Máster Universitario en Formación del Profesorado: especialidad en economía y empresa. Profesor, formador, consultor y guía oficial de turismo con más de 15 años de experiencia.